jueves, 12 de noviembre de 2009

Sentimientos del pasado...



Cuando los besos se secan, se van al abismo de lo que dejan,
la vida recae en los angares del infierno... no muriendo, sino
sufriendo un mal eterno.


Y cuando los ojos lloran, es por el pérfido sentimiento,
de un loco que se ahoga en la razón; en la gracia de
la confusión, etérea, que se abandona en el resentimiento.


Y en la habitación de soledad... los recuerdos quedan bajo el polvo.
Es el lugar de los sueños moribundos; una recua de dolores adoloridos,
museo de cuadros grises... colgados en el olvido.


Allí, la vida es una abrupta declaración de guerra que te quema,
y te vuelve carne de cañón. Una olla express a punto de estallar.
Es un cuerpo y su alma en un barco que naufraga en alta mar.






"By José Manuel P."

viernes, 24 de julio de 2009

A una mujer




A veces, las palabras no bastan, y nos sentimos como vagabundos en el arte de la poesía. Por lo menos de esta manera me he sentido cuando miro un diccionario que me esconde todo con alevosía.

Escribir a una mujer, no se puede, porque son musas que atrapan su significado; lo niegan, para evitar que sea plasmado... son una obra que por su complejidad escapa de nuestro entendimiento. Realismo que va al surrealismo del amor, de un amor con especias y condimentos.

Así es la mujer... misteriosa, estrella fugáz de alma transparente, sílfide dominante que calla con un beso. Una silueta de la noche en la pared de las pasiones irredimibles del corazon, así es ella, así es la mujer.

Escribir a una mujer es todo un suceso, donde la prosa choca con los versos de su cuerpo.
Donde la metáfora se respira y las flores se miran. Las calles estan desiertas, no hay ruido, no hay bullicio, no hay frio, no hay flores de un día, no hay nada... sólo ella.

Escribir a una mujer es dificil por su acento y lenguaje.

Escribir a una mujer es mi deseo, un sueño que va más allá de los sueños normales, escribirle a aquella mujer es lo que quiero.





Cecy, mi mujer de multiples colores.


By José Manuel P.

martes, 23 de junio de 2009

MÁS ALLA DE MI INCOMPRENSIÓN...



Y estaba allí, en medio de una terrible lluvia que no moja pero como humedece las virtudes del alma. Seguía allí, tomándome el cafe amargo de la vida, acompañándolo con unos cuernos sin azucar.


Encajonado en mi cuarto estaba, cuando la colilla de un cigarrillo me susurró al oido que me restaba poco tiempo. Que el fuego de las cenizas se apagaba; pero no me importó... permanecía allí, inmovil, como esperando a que el viento me despeinara las ganas de vivir.


"Siendo el amor como la muerte... ya que nunca sabes cuando te toca"... jamás recibí amenaza alguna. De manera que sólo me besaba con soledad y con las marañas de un amor que se encontraba en la sala de espera.


Por lo que nunca imaginé, pues no lo sabía, y cómo iba a saber que ella llegaría. No tenía idea de lo que el destino guardaba para mí; en su baul de los encuentros, de los amores esperados, de los besos oníricos. Era ella, la misma que compartió conmigo una almohada en el infierno. La que sabe a cerca de todo lo que hay sepultado en el corazón.

La mujer que amé aun cuando no la amaba todavía.

Por las noches, siento sus manos y me envuelvo entre su alma, me cubro con sus besos y con sus caricias.


Ella me ama y la amo. Y no hay más palabras que escribir, pues todo se escribe con siete letras, una para cada día de la semana... ella se llama: "Cecilia"








Un cuerpo sin alma y sin aliento, pues ella me lo quita...




By José Manuel P.

lunes, 8 de junio de 2009

La muerte sobre la vida.



Sentado, con los puños llenos de odio, ira y venganza. ¿Cuánto veneno puede tener un hombre que no vale nada? Pienso y vuelvo a pensar... pienso en lo que hice mal y en lo que está mal y todavía me pregunto, si debo seguir cargando ésta cruz. ¡qué más da! ella ya no me mira.



Sigo sentado, sin moverme. Tal parece, que una rafaga de aire sumamente frío me congelara el cuerpo. Me miro al espejo y observo que, el que esta al otro lado, es un ser sin vida; siniestro y perturbador.


Nunca entendí el por qué. Sencillamente se fue. Sin decir nada, sin gritarle al viento cuanto me repudiaba, sin golpearme en la cara para reirse mientras me desangro. Sólo se marchó, dejando el eco de su caminar, y su respirar en los pasillos de la casa; ahora oscuros y humedos. Se largó, dejando atras lo que nunca hizo y, llevándose lo que estaba por hacer. De propios y de ajenos, arrazando hasta con lo que me habían prestado; como la vida.



Sin dios ni luna, así viviré... no, ¡nunca! de nada sirve, ya nada vale. Acurrucado en la miseria y con los puños llenos de odio, tomaré ese cristal, nacido de mi ira contra las botellas y me tatuaré el corazón con la sangre de mis venas. Es ahora cuando pienso que la muerte esta sobre la vida.






"Corazón introvertido, pero paginado para ser leído por mi..."

miércoles, 3 de junio de 2009






"Si en el camino chocas con los árboles, no los derribes... pues ellos no tienen la culpa de que tú no les quieras dar la vuelta"


By José Manuel P.

domingo, 17 de mayo de 2009

Cuentos de una mente ficticia.

Photo: Amada mia, tomada por yo.


CUENTO: DULCE SURIPANTA

Hace unos días, y mientras me dirigía a mis labores diarias; me encontraba abordo de la ruta Loma bestia en los últimos asientos. De pronto, en una esquina el camión se detuvo; y una chica demasiado bella subió, buscó asiento pero resolvió sentarse junto a mí.
Imagínense la cara de idiota que puse al verla frente a mis ojos; era hermosa, delgada, cabello negro hasta media espalda, ojos de gato color gris, era simplemente atractiva. Se sentó, y al hacerlo su corta falda le desubrió un poco más sus lindas piernas; permitiéndome apreciar su piel morena firme y uniforme.
En ese momento, me encontraba lidiando contra la inevitable atracción que su belleza generaba a mis ojos.
Trataba de ser sutil mientras le admiraba; sin embargo, en el momento en que mi vista se concentraba en sus piernas; ella volteó a mirarme. Y al percatarme de su descubrimiento me sentí como un verdadero estúpido, e inmediatamente busqué otro punto en los alrededores para mirar. De pronto y con zagas arrojo me preguntó la hora, y como no contaba con un rolex fayuquero en el momento, saqué mi teléfono celular. Titubeando, de mis labios brotó una vil tontería: -"cuarto para dos"
Ella sonrió y me corrigió diciendo: -"Cuarto para las dos, querrás decir"-.
Por segunda ocasión deseaba esfumarme, pero no argumente nada. Fue entonces y a mitad del silencio que ella amablemente, pidió ver mi teléfono celular. Como no vi ningún problema en ello, se lo entregue; entonces, me preguntó si tenía novia y raudo respondí que no. Le expliqué que el amor no entraba en mi vocabulario desde hace mucho, ya que la última novia desalmadamente me había engañado con un conductor del transporte público.

Surgió un silencio intrigante, y segundos después, puso sus labios color ciruela en mi mejilla; dejando un beso, su eterno beso sobre mi piel.

Al verse próxima la esquina, ella se levantó, volvió hacia mí; y me dijo al oído que en el celular había ingresado su número telefónico, para que, en cuanto tuviera tiempo le marcara para salir juntos a donde nuestros cuerpos y el destino nos llevara.

Horas más tarde, Llegué a casa feliz como cuando llega la quincena. Lleno de emoción busqué mi cel para llamarle y... y...
Petrificante fue mi sorpresa al recordar que nunca me devolvió el fetiche. Que con su esbelto cuerpo y su dulce belleza, me envolvió para atarantarme y de esta manera robarme el celular.

¡Que astuta y que generosa!





sábado, 16 de mayo de 2009



Un cigarro y mi alma tirada en el suelo, dentro de una vida húmeda y sin consuelo...



by josé manuel p.

SIMPLEZAS...



"EL VIENTO, CARGA CON LAS PENAS,
QUE TODOS SOLTAMOS AL EXHALAR…"


by josé manuel p.

Recuento



No puedo despertar de un sueño tormentoso
en el que mis ojos duelen y sangran,
Mis manos tocan, sienten y mueren.
Mis piernas me llevan por un camino engañoso.

Quisiera gritar pero mi boca se ata al silencio…
Quisiera amar pero mi corazón se pudre en odio.
En mis venas corre el voráz veneno del desprecio, mi cuerpo presenta las psicatrices del repudio.

Mis labios arden en el fuego del infierno
Y mi vida sufre la terrible ausencia de la vida. Llevo las heridas de un amor que no se olvida,

cayendo en un abismo oscuro y eterno.

Mis sentimientos viajan por el mar utópico de la felicidad,
hospedado en el hostal de mi propia soledad.
Perdido, en el infinito regazo de la noche
mirando mi total decadencia, anunciada por un reproche.