martes, 23 de junio de 2009

MÁS ALLA DE MI INCOMPRENSIÓN...



Y estaba allí, en medio de una terrible lluvia que no moja pero como humedece las virtudes del alma. Seguía allí, tomándome el cafe amargo de la vida, acompañándolo con unos cuernos sin azucar.


Encajonado en mi cuarto estaba, cuando la colilla de un cigarrillo me susurró al oido que me restaba poco tiempo. Que el fuego de las cenizas se apagaba; pero no me importó... permanecía allí, inmovil, como esperando a que el viento me despeinara las ganas de vivir.


"Siendo el amor como la muerte... ya que nunca sabes cuando te toca"... jamás recibí amenaza alguna. De manera que sólo me besaba con soledad y con las marañas de un amor que se encontraba en la sala de espera.


Por lo que nunca imaginé, pues no lo sabía, y cómo iba a saber que ella llegaría. No tenía idea de lo que el destino guardaba para mí; en su baul de los encuentros, de los amores esperados, de los besos oníricos. Era ella, la misma que compartió conmigo una almohada en el infierno. La que sabe a cerca de todo lo que hay sepultado en el corazón.

La mujer que amé aun cuando no la amaba todavía.

Por las noches, siento sus manos y me envuelvo entre su alma, me cubro con sus besos y con sus caricias.


Ella me ama y la amo. Y no hay más palabras que escribir, pues todo se escribe con siete letras, una para cada día de la semana... ella se llama: "Cecilia"








Un cuerpo sin alma y sin aliento, pues ella me lo quita...




By José Manuel P.

lunes, 8 de junio de 2009

La muerte sobre la vida.



Sentado, con los puños llenos de odio, ira y venganza. ¿Cuánto veneno puede tener un hombre que no vale nada? Pienso y vuelvo a pensar... pienso en lo que hice mal y en lo que está mal y todavía me pregunto, si debo seguir cargando ésta cruz. ¡qué más da! ella ya no me mira.



Sigo sentado, sin moverme. Tal parece, que una rafaga de aire sumamente frío me congelara el cuerpo. Me miro al espejo y observo que, el que esta al otro lado, es un ser sin vida; siniestro y perturbador.


Nunca entendí el por qué. Sencillamente se fue. Sin decir nada, sin gritarle al viento cuanto me repudiaba, sin golpearme en la cara para reirse mientras me desangro. Sólo se marchó, dejando el eco de su caminar, y su respirar en los pasillos de la casa; ahora oscuros y humedos. Se largó, dejando atras lo que nunca hizo y, llevándose lo que estaba por hacer. De propios y de ajenos, arrazando hasta con lo que me habían prestado; como la vida.



Sin dios ni luna, así viviré... no, ¡nunca! de nada sirve, ya nada vale. Acurrucado en la miseria y con los puños llenos de odio, tomaré ese cristal, nacido de mi ira contra las botellas y me tatuaré el corazón con la sangre de mis venas. Es ahora cuando pienso que la muerte esta sobre la vida.






"Corazón introvertido, pero paginado para ser leído por mi..."

miércoles, 3 de junio de 2009






"Si en el camino chocas con los árboles, no los derribes... pues ellos no tienen la culpa de que tú no les quieras dar la vuelta"


By José Manuel P.